APROXIMACIÓN HISTÓRICA AL ESTUDIO DE LOS
PAPAHUEVOS DE SANTA MARÍA DE GUÍA



Por ALEJANDRO C. MORENO y MARRERO.
Delegado en las Islas Canarias del Círculo Internacional de Amigos de los
Gigantes y Cabezudos.


Hablar de los papagüevos de la ciudad de Santa María de Guía
es -para muchos- hablar de los mejores papagüevos que
actualmente se bailan en toda la isla de Gran Canaria; sin
embargo, otros se inclinan por una segunda opción que señala
como tales a los papagüevos de la villa marinera de Agaete,
realizados hacia 1940 por el prestigioso escultor D. José de
Armas Medina. Entre los estudiosos de la materia han sido frecuentes las
controversias y disputas por demostrar la mayor antigüedad, belleza,
originalidad... de los papagüevos de sus respectivas tierras natales. No es el
objeto de este modesto estudio el entrar en semejante discusión,
sencillamente, consideramos que se trata de un fenómeno festivo común a
toda Europa, con peculiaridades regionales e influencias mutuas muy
difíciles de determinar.
Alfonso O´shanahan escribía: “los papagüevos (léase también papahuevos)
son los gigantes y cabezudos en la Península: figuras de cartón piedra para
la diversión de las fiestas”. Los Catedráticos en Filología Española y
Románica, respectivamente, Cristóbal Corrales Zumbado y Dolores Corbella,
también emplean este vocablo (grafiado en ocasiones papagüebo) para
hacer referencia a los gigantes y cabezudos, definiéndolos como “figuras
que representan a gigantes y enanos de gran cabeza para anunciar y
animar las fiestas”. El Prof. Marcial Morera, Catedrático de Filología
Española de la Universidad de La Laguna, considera que la expresión
típicamente canaria "papagüevo" (léase también papahuevo) proviene de
"papar" (comer) y "huevo"; cuyo significado, por aplicación metafórica,
sería el de "persona simple y crédula o demasiado fácil de engañar". Por
último, el folklorista e investigador Orlando García Ramos nos dice que la
voz papahuevos -por palatalización- ha de pronunciarse "papagüevos".
Como sabemos, el origen de los gigantes y cabezudos es bastante
impreciso; no obstante, todos los testimonios de tradición cristiana
occidental coinciden en vincular sus primeras apariciones con los aspectos
escenográficos requeridos por las más importantes festividades desde la
Edad Media. En este sentido, la noticia más antigua hasta hoy conocida
muestra la incorporación de gigantes y monstruos simbolizando la idolatría
en la procesión del Espíritu Santo en la villa de Allenger (norte de Lisboa)
en el año 1263. Se conoce también que en el año 1380 la procesión del
Corpus de Barcelona contaba con varios gigantes que representaban a
personajes bíblicos. De la misma forma hay datos de que en 1398 un
gigante flamenco, concretamente un San Cristóbal, recorrió
procesionalmente las calles de Amberes (Bélgica). En cualquier caso, debe
rechazarse la idea tradicional que indica que los gigantes y cabezudos de la
Península Ibérica -desde donde, como luego veremos, provienen directa o
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indirectamente nuestros papagüevos- hayan sido traídos desde Italia, con
Alfonso V el Magnánimo o desde Flandes, en tiempo de Carlos I.
En Canarias, la primera noticia se tiene acerca de la presencia de
papagüevos la encontramos en el Diario de Anchieta y Alarcón de 1749, en
el cual puede leerse de forma literal: "Sucedió un caso gracioso y es que en
la pared de la Yglesia de los Remedios que mira a la calle de La Carrera del
lado de arriba de la puerta estaba un monifato como el papagüebo yacía
como mitra porque decía el D. Vicente que allí como papagüebo tenían al
Obispo". Esta expresión también aparece recogida en la obra de otros
muchos escritores canarios célebres donde -de alguna manera- se certifica
la omnipresencia en las Islas de estas simpáticas figuras de carácter
festivo: Así, el historiador Joseph de Viera y Clavijo, en "La Idea del Nuevo
Congreso" (publicada en 1766) recoge: "Ved aquí que una nueva serie de
gacetas va a salir, como una tropa de papahuevos a la plaza". José Agustín
Álvarez Rixo, en su obra "Anales del Puerto de la Cruz" (1828) escribía: "Por
este tiempo todavía se acostumbraba a sacar en la procesión del Corpus, la
Tarasca, acompañada de otros figurones denominados papahuevos, los
cuales iban delante de la comitiva haciendo mojigangas". El escritor
Rodríguez Moure, en su libro "El ovillo" (1923) expresaba: "Pero a la
chiquillería vocinglera atráiganla los gigantones mascarones de la Tarasca,
la Vicha y los Papahuevos, que situados desde por la mañana frente a los
graneros del Cabildo junto a la Ermita de San Miguel, donde se guardaban
estos armatostes durante el año, esperaban a la Danza de Machachines
para precederla". Agustín Machado, en "La Fantasma del Valle" (1928)
escribe: "Fijaba Belitre sus ojos en el franjeado horizonte, allá donde el mar
y el cielo se ligaban con múltiples bandas rojizas y anaranjadas, y quedabas
hecho un papahuevos sin oír a Eugenia". El folklorista Néstor Álamo
Hernández, en su obra "Tradiciones" (1952) recoge: "Una vez compuesto
llevaron al papahuevo al pié del árbol del designio, donde lo dejaron casi en
posición incitante". Pancho Guerra, en las "Memorias de Pepe Monagas"
(1958) escribía: "En Cabildo que se celebró ese mismo día se acordó que se
suspendiesen las danzas de muchachas, gigantes y papahuevos y demás
con que se celebrase el día del Corpus". Sebastián Sosa Álamo, en su libro
titulado "Guirres" (1979) expresa: "Agaete fue siempre un pueblo
republicano. Sus papagüevos siempre bailaron el amadelón".
Cuenta la tradición que desde tiempo inmemorial la ciudad grancanaria de
Santa María de Guía gozó de una afamada y reconocida comparsa de
papahuevos que muy a menudo recorría las calles del pueblo en
acompañamiento a la Banda del Regimiento Militar afincado en esta
localidad desde el año 1708. Sin embargo, la primera referencia documental
y fidedigna que tenemos sobre los papahuevos de dicho municipio la hemos
encontrado en el periódico grancanario La Provincia, en cuya edición de
fecha viernes 11 de agosto de 1911 se dice textualmente: “Día 15 de
Agosto, a las seis de la mañana, diana floreada por la Banda Municipal con
acompañamiento de Gigantes y Cabezudos…”.
Pedro González-Sosa, cronista oficial del municipio de Guía de Gran
Canaria, nos comentaba que -durante su juventud- solo había cuatro
papahuevos en el pueblo. Concretamente expresaba: "sólo me basta con
cerrar los ojos para ver los cuatro papagüevos que se bailaban en esta
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localidad antes de la llegada de los estrenados en Agosto de 1950".
Referente a ello hemos encontrado un documento gráfico, cedido por el
fotógrafo guiense Paco Rivero, realmente interesante. Se trata de una
imagen de la Fiesta de Las Marías del año 1926 en la que, nunca mejor
dicho, quedó retratado entre las gentes uno aquellos viejos papagüevos de
los que hablaba nuestro cronista. La figura del papagüevo apenas puede
apreciarse, pero, tras una minuciosa investigación, todo apunta a que se
trata de un Rey Moro; pues, todos los “viejos” del lugar hablan con cariño
de la existencia de un rey y una reina. De otro lado, el historiador José
Fernando Moreno Molina nos informaba que desde antaño cada Mayordomo
de la Fiesta de las Marías (organizador de esta fiesta cuyo título se
transmite de forma patrilineal) tenía asignado un papagüevo, figura de
cartón piedra que personalmente debía engalanar y bailar todos los años en
el día de la celebración de dicha festividad. Pocos más son los datos que se
tiene acerca de aquellos viejos o primitivos papagüevos que, seguramente,
como ha ocurrido a lo largo de la historia en otras muchas poblaciones de
nuestro país, debieron ser sustituidos como consecuencia su mal estado.
Sea como fuere, para nuestras gentes, las Fiestas de la Virgen del año 1950
han sido -sin lugar a dudas- las "más esplendorosas" que hasta hoy se
recuerdan en la ciudad de Santa María de Guía. Parece ser que todo estaba
preparado al mínimo detalle. Quizá por ello fue ese año y no otro cuando se
trajeron los nuevos papagüevos, pues, como es sabido, fueron parte muy
importante de las citadas fiestas. De esta manera, según datos extraídos
del "Expediente de las Fiestas de la Virgen de 1950" procedente del Archivo
Municipal de Guía de Gran Canaria, los papagüevos habían sido encargados
por la Corporación Municipal, presidida por el Alcalde D. Juan García
Mateos, a la Fábrica barcelonesa "El Ingenio". Esta tienda fue fundada en
1838 por la prestigiosa familia de escultores Escalé. Debido a ciertas
circunstancias se traspasa en 1920 a Delfi Homs, quien siguiendo la
tradición, continuó con la producción de figuras de cartón piedra. En la
actualidad, el establecimiento es regentado por Dª Rosa Cardona Homs,
nieta de Delfi Homs.
Como anécdota curiosa, quisiera comentar que es tal mi amor por los
papagüevos de nuestra ciudad de Santa María de Guía que -hace unos
años- cuanto estaba investigando y documentándome para la realización del
presente estudio, pude averiguar que aquella fábrica desde donde llegaron
los papagüevos de 1950 aún permanecía abierta. Para no cansarles, el caso
es que ese mismo día logré ponerme en contacto con ellos, consiguiendo
que me enviaran desde Barcelona una réplica exacta del Groucho Marx que,
acompañado de sus hermanos, todavía se baila todos los años por la calles
del municipio.
En pocos años se había pasado de los cuatro papahuevos primitivos a los
alrededor de veinte traídos desde Cataluña. Aquella pléyade de figuras
gigantes había dejado boquiabiertos a mayores y aterrorizados a pequeños
pero siempre haciendo las delicias del respetable con su inconfundible
danza. Los nuevos papagüevos serían la envidia de toda la isla. Estarían
inspirados en personajes famosos que formaban parte de la moda del
momento. Dicho lo cual, entre los papahuevos que fueron estrenados en las
fiestas de 1950 hay que destacar a Silvana Pampanini, Carmen Miranda, los
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tres Hermanos Marx, el Gordo y el Flaco, el Abuelo, el Cocinero, el Turco, la
Niña, el Negro, la Gitana, el Campesino, etc. Como indicábamos
anteriormente, en las últimas décadas del pasado siglo, varios de los
papagüevos desaparecieron en extrañas circunstancias, otros se
rompieron..., con lo que se tuvo que trabajar raudo y veloz para tratar de
paliar esas importantes pérdidas. Es entonces cuando entran en escena las
tres obras realizadas por un artesano local (el Guardia, el Árbitro y la
Canaria); y finalmente, los cinco papagüevos venidos desde Zaragoza (la
Bruja, el Diablo, la Vieja, Popeye y el Payaso).
Llegados a este punto, sencillamente quisiera añadir que -tal y como
apuntaban Luís A. González Marín e Ignacio Mª Martínez Ramírez- nuestros
papagüevos se configuran como personajes profundamente enraizados en la
tradición festiva popular y que han logrado salvarse de una casi
generalizada desaparición de las costumbres y prácticas antañonas,
manifestaciones de las que, dicho sea de paso, a día de hoy va quedando
muy poca cosa.
BIBLIOGRAFÍA EMPLEADA:
1. AMADES, Joan: “Gigantes de Barcelona”. Barcelona, 1983.
2. BALEZTENA, Ignacio: “Comparsas de Gigantes y Cabezudos”. Pamplona,
1963.
3. BERMÚDEZ, Felipe: “Fiesta Canaria, una Interpretación Teológica”. Las
Palmas, 2001.
4. CORRALES ZUMBADO, Cristóbal: “Tesoro Lexicográfico del Español de
Canarias”. La Laguna 1996.
5. CORRALES ZUMBADO, Cristóbal y CORBELLA DÍAZ, Dolores: “Diccionario
Histórico del Español de Canarias”. La Laguna, 2001.
6. GALVÁN TUDELA, Alberto: “Las Fiestas Populares Canarias”. Tenerife,
1987.
7. GARCÍA RAMOS, Orlando: “Voces y Frases de las Islas Canarias”. Santa
Brígida 1991.
8. GONZÁLEZ, Luis Antonio y MARTÍNEZ, Ignacio: “Historia de la Comparsa
de Gigantes y
Cabezudos de Zaragoza”. Zaragoza, 1989.
9. GUERRA NAVARRO, Pancho: “Memorias de Pepe Monagas”. Madrid,
1958.
10. ITÚRBIDE, Javier: “Pequeña Historia de los Gigantes de Estella”.
Pamplona, 1995.
5
11. MORERA, Marcial: “Diccionario Histórico-Etimológico del Habla Canaria”.
La Laguna, 2001.
12. O´SHANAHAN, Alfonso: “Gran Diccionario del Habla Canaria”. Las
Palmas de G.C, 1995.
13. SANTA JUBELLS, Germán: “Fiesta y Modernidad, Análisis del Sistema
Festivo de Gran Canaria a finales del s.XX”. Las Palmas, 2000.
14. SOSA ÁLAMO, Sebastián: “Efemérides sin Fecha”. Las Palmas de Gran
Canaria, 1996.
OTRAS FUENTES CONSULTADAS:
· Archivo Municipal del Ayto. Santa María de Guía.
· Archivo Histórico Provincial de Las Palmas de Gran Canaria.
· Archivo particular del autor, Alejandro C. Moreno y Marrero.
· Archivo y Hemeroteca del Museo Canario.
· Diversos testimonios de tipo oral.